¿QUÉ SON LAS DROGAS?
Son sustancias que cuando se consumen tienen efectos en el sistema nervioso central, provocando una cascada de acontecimientos a nivel cerebral y comportamental. Una droga tiene la capacidad de liberar dopamina en el cerebro, un neurotransmisor que se encarga, entre otras cosas, del aprendizaje de conductas adaptativas que nos provocan placer o bienestar. Por ejemplo, se libera dopamina cuando comemos o practicamos sexo, la naturaleza sabe bien lo que tiene que hacer para que la especie sobreviva.
En el caso del consumo de drogas conlleva el riesgo de volverse adicto a ellas. Los efectos de la droga provocan la hiperactivación del sistema dopaminérgico. Una cascada de dopamina se produce en nuestro cerebro y genera sensación de bienestar y placer, lo que recompensa y refuerza la conducta, impulsándonos a repetirla. Los efectos placenteros inmediatos son más fuertes que la consciencia de los problemas que generan las adicciones.
Tipos de drogas más consumidas y los efectos del abuso
España figura entre los diez países del mundo que consumen más alcohol, tabaco, cannabis y cocaína. Algunos efectos que pueden causar estas drogas son:
Alcohol. Accidentes de tráfico, violencia, síndrome alcohólico fetal, cirrosis hepática, síndrome de Korsakoff, aumento del índice de enfermedad cardíaca, aumento del índice de hemorragia cerebral. Los jóvenes son más vulnerables a complicaciones en las funciones cognitivas, por la inmadurez cerebral. La ingesta intensiva en los jóvenes puede provocar numerosos daños cerebrales.
Tabaco. La adicción a la nicotina aumenta notablemente las posibilidades de morir a causa de cáncer de pulmón, crisis cardíaca y apoplejía. Hemorragias, trombosis y embolias cerebrales. Gastritis crónica, úlceras en el aparato digestivo. Las mujeres que fuman tienen mayor probabilidad de dar a luz niños más pequeños y menos sanos.
Cannabis. Psicosis tóxica aguda, complicaciones en el sistema respiratorio y endocrino, tumores en los genitales, reducción de la calidad y cantidad del esperma, falta de motivación y concentración, apatía y pérdida de eficacia, baja tolerancia a la frustración, problemas en las relaciones sociales, etc.
Cocaína. Comportamientos psicóticos, lesión cerebral y muerte por sobredosis. Problemas de tipo cardiovascular (arritmias, infartos) o pulmonares (trombosis, neumotórax). Problemas en el embarazo (abortos espontáneos, muerte fetal). Rinitis crónica, perforaciones en el tabique nasal. Problemas psiquiátricos (depresión, paranoias, conductas violentas o psicosis).
¿Por qué te vuelves adicto a una droga?
Para que una sustancia o conducta genere dependencia debe activar el “sistema de refuerzo” del cerebro, aquel que nos invita a repetir una conducta una y otra vez porque nos provoca un placer determinado (los efectos de la droga) o nos evita un estado desagradable (síndrome de abstinencia). En el funcionamiento de este sistema pueden intervenir varios neurotransmisores, pero uno de los que tiene un papel más importante es la dopamina.
El sistema de neuronas dopaminérgicas se localiza en el área tegmental ventral (ATV) y sus neuronas proyectan al núcleo accumbens, la corteza prefrontal y la amígdala, estas dos últimas implicadas directamente en nuestro comportamiento racional y emocional.
Con el consumo habitual se va generando la necesidad biológica de obtener mayor dopamina para conseguir los mismos efectos (tolerancia), lo que se traduce en la necesidad de mayor consumo. De esta manera se altera el funcionamiento normal del sistema dopaminérgico y es habitual que se llegue a un punto en el que ninguna otra sustancia o actividad pueda generar tanta dopamina como aquella a la que te vuelves adicto. Esto, a su vez, genera una alteración del estado de ánimo en el que dejamos de sentir placer por el resto de actividades o cosas. Entramos así en el peligroso terreno de las adicciones.
Nunca lo abría explicado nadie mejor